“Ten cuidado con lo que deseas, se puede convertir en realidad”. Esta frase de Oscar Wilde aplica perfectamente al momento actual que vive el país.
Desde hace algunos días distintos colectivos y agrupaciones ciudadanas están convocando a una marcha para este jueves 15 de septiembre. El sitio de concentración será el Ángel de la Independencia. El propósito: exigir la renuncia de Enrique Peña Nieto como presidente de México.
A través de redes sociales se ha iniciado un proceso de movilización social con el mismo fin. En la plataforma change.org, la ciudadana Lucía Clouthier inició una petición en la que le pide a Peña Nieto que deje la presidencia en un “acto de humildad y sabiduría”. Lucía cree que la mayoría de los mexicanos no se sienten representados por el presidente.
Efectivamente, muchas personas en México no nos sentimos representados por EPN, incluso nos sentimos ofendidos por los actos de corrupción, violaciones a derechos humanos y crímenes de Estado que se han cometido durante su periodo de gobierno. Pero, acaso nos hemos preguntado serenamente ¿qué pasaría si renuncia el Presidente de la República? ¿Sabemos cuáles serían las repercusiones y conocemos los posibles escenarios?
Por ley los cargos de elección popular son irrenunciables. Le renuncia suena bien como demanda política, sin embargo no es posible que el Presidente presente su renuncia al cargo. Lo que sí es válido, es que solicite una licencia para separarse del mismo, la cual puede ser, entre otras razones, por motivos de enfermedad.
En caso que el Presidente solicite licencia, el Secretario de Gobernación se haría cargo temporalmente del despacho de la presidencia, en tanto el Congreso de la Unión nombra a un Presidente Interino que concluya el mandato. Es decir, tendríamos como presidente por unas semanas o meses a Osorio Chong y, probablemente el Congreso nombraría como interino a Aurelio Nuño o a Luis Videgaray. Esto sucedería, eventualmente, en un escenario sin convulsión social.
En el otro escenario, el de la irrupción social, enfrentaríamos una crisis de gobernabilidad, crisis en los mercados y la economía, el colapso de las instituciones y la represión de las fuerzas armadas a los inminentes brotes de inconformidad social. Sin duda, este último sería el escenario menos deseado.
¿Puede haber un tercer escenario? No lo sabemos realmente. Pero el escenario deseable sería la conformación de un polo ciudadano, que nombre a un comité de expertos o a un consejo mujeres y hombres que asuman el gobierno por los próximos dos años. Que durante ese tiempo construyan agenda y proyecto de país y que organicen el relevo hacia 2018.
Escenarios complejos, de gran incertidumbre. Desconozco si todo esto se lo han planteado quienes piden la renuncia del presidente.
Cuida tus deseos porque se pueden cumplir. Aquello que deseamos con todas nuestras fuerzas entra en una caja que guarda muchos deseos y, como en un juego de ruleta rusa, unos se disparan y se cumplen y otros no.