OAXACA, Oax. (sucedióenoaxaca.com).- En 2013, Edith Matías Juan fue requerida en el penal de Mengolí de Miahuatlán de Porfirio Díaz para intervenir como intérprete en la Reposición de Procedimiento de un interno indígena acusado de delitos contra la salud: posesión y transportación de droga.
A fin de verificar que el procesado no hubiera sido víctima de tortura en su detención e internamiento, el juez ordenó un peritaje denominado “Protocolo de Estambul”, consistente en pruebas psicológicas, pericial fotográfica y pericial médica, para lo cual se requirió el auxilio de la intérprete.
“Se trataba de una persona de la comunidad de San Dionisio Ocotepec que había estado dos años en la cárcel y debido a que no había contado con la garantía de un traductor o intérprete, el defensor público pidió la Reposición del Procedimiento”, recuerda la integrante del padrón de traductores del Centro Profesional Indígena de Asesoría, Defensa y Traducción (Cepiadet).
Añade que la entonces Procuraduría General de la República envió a una psicóloga para aplicar dicho protocolo, quien debería ser asistida por intérprete ya que el acusado hablaba zapoteco y un “español funcional”, es decir, sólo frases básicas para poder cobrar el pasaje y preguntar a las personas a dónde van; un español que se limitaba a lo relacionado con su trabajo de taxista.
Matías Juan se encontró con una perito poco familiarizada con el trabajo de interpretación y traducción en lengua indígena, y que tenía resistencia a hacer uso de este elemento en su trabajo, por lo que le pidió que se retirara ya que el procesado sí podía expresarse en español.
“Como ya conocía yo al acusado porque lo había asistido en un careo y en una toma de declaración, le dije a la perito que prefería quedarme. Ella me pidió que solo interviniera si me lo solicitaba. Cuando empezó a hacerle preguntas él se me quedaba viendo como diciendo ‘explícame qué dice’, ella se dio cuenta y me pidió que le explicara en zapoteco las preguntas”, recuerda.
“Hasta que llegó un momento en donde el peritaje consistía en que narrara su infancia y toda su vida hasta su detención. La perito esperaba que todo lo relatara en español pero ahí ya no funcionó porque la persona se quedaba callada o decía que no se acordaba.
“Fue entonces que me pidió escribir la historia en papel mientras el acusado me la narraba en zapoteco. Terminé escribiendo cinco hojas de sus recuerdos: cómo jugaba, cómo fue su infancia, cómo vivía en su pueblo, con gran detalle. La perito se quedó sorprendida de ver la fluidez de la historia relatada en su propia lengua”, señala Edith.
El peritaje se extendió de las once de la mañana a las seis de la tarde, con tan solo un descanso para comer.
Contar con un intérprete agiliza y da mayor certeza al momento de impartir justicia, sostiene Edith Matías, ya que, subraya, contribuye al entendimiento del procesado sobre la acusación que se le hace. “Puede apelar, y el juzgador puede sentirse seguro porque la persona indígena fue escuchada y como dice el término, fue oída y vencida en juicio, y aunque haya una sentencia condenatoria, pudo exponer sus argumentos, lo cual da certeza jurídica al fallo del juez”.
Aclara que el papel de un intérprete no es convencer al juez ni hacer un juicio del procesado, sino lograr que la o el acusado tenga la plena seguridad de que su argumento fue comprendido en su totalidad porque de otra manera queda un espacio de incertidumbre.
Con su experiencia como integrante del padrón de traductores de Cepiadet, y Coordinadora de Proyectos de esta organización civil, Edith Matías, profesionista en Ciencias de la Educación, fue una de las asesoras del diseño curricular de la Maestría en Traducción e Interpretación de Lenguas indígenas, recién abierta por la Facultad de Idiomas de la Universidad Autónoma Benito Juárez de Oaxaca (UABJO).
Cepiadet cuenta con un padrón de intérpretes y traductores de 150 personas aproximadamente, de lenguas indígenas habladas en Oaxaca, otras entidades del país y Guatemala, y es asesor de la Maestría de nueva creación impulsada por la Universidad Johannes Gutenberg de Alemania en conjunto con la UABJO.