La pizza, el platillo italiano por excelencia, ha cobrado una nueva dimensión en la historia mundial. Por si no fuera suficiente su popularidad en todo el orbe, donde cada día se reparten millones de pizzas a domicilio, ahora se coloca en el mapa de la geo política con lo que llamaremos «el factor pizza» por su relación con operaciones militares desde sus centros neurálgicos de inteligencia.
Pero, detengamos el tren un momento. ¿De qué trata todo esto? ¿Estaremos siendo testigos de una inminente guerra de la pizza?
A mediados de junio hubo acontecimientos que dieron sabor amargo a una semilla de lima en verano: Desastres naturales, conflictos políticos y, como si fuera sorpresa, guerra en Oriente Medio. Las redes sociales revientan de información no muy precisa pero totalmente llamativa: Autos bajo el agua, protestas y represiones, bombardeos nocturnos, y entre tanta información llamó particularmente mi atención una noticia. El famoso canal de televisión alemán DW presentó “La relación entre la pizza y la guerra”.
A primera vista pareciera que el suculento platillo de comida rápida no representa mayor problema que el aumento de un par de kilos para el asiduo comensal, sin embargo, su protagonismo va más allá. Mucho más allá.
Resulta que grandes centros operativos y de inteligencia del mundo han extendido sus horarios de trabajo justo antes de un movimiento político y militar, derivado de las planeaciones logísticas y estratégicas. Y, qué se necesita para que las personas funcionen a su mejor capacidad durante jornadas continuas: comida. Es ahí donde la pizza toma un lugar protagónico pero invisible en la política internacional y la guerra.
Todo esto comenzó a mediados de los años ochenta cuando el dueño de cierta cadena de pizzerías norteamericanas experimentó un considerable aumento de pedidos en sus tiendas franquiciadas alrededor del Pentágono, justo dos días previos a un gran acontecimiento mundial, ya fueran intervenciones militares, operaciones especiales o movimientos políticos, y después, todo volvía a la normalidad.
Al paso de los años, el famoso pizzero comenzó a rastrear los pedidos y a identificar su procedencia, fue así como notó una rara tendencia: un par de días antes de una operación importante del Pentágono sus ventas alcanzaban un pico inusual por tantos pedidos de pizza, para luego volver a la normalidad. Las noticias principales en los diarios destacaban tal operación en los días subsecuentes… ¿Coincidencia?
Al parecer, no. Antes de operaciones como los bombardeos a Bagdad, la Tormenta del Desierto o el intervencionismo en Bolivia, se han suscitado elevadas compras de pizza con destino al Departamento de Defensa o en el Pentágono. ¿La razón? Todas esas mentes que trazan rutas, analizan fotografías de satélite y revisan los planes tienen que alimentarse, y debe ser rápido, efectivo y que no distraiga demasiado. Al igual que una operación militar.
En nuestros días, la curiosidad de un hombre se convirtió en la fijación de unos cuantos. ¿Siempre pizza? Generalmente sí, aunque eso depende de la región. En algunos países se sigue el mismo patrón, el pedido de pizzas, en otros pueden ser variedades locales: Bocadillos llenadores, con alta carga calórica de preferencia y de bajo costo, que se puedan comer sin detener sus actividades.
El Departamento de Defensa norteamericano comenzó a notar que un sector de análisis comenzaba a prever los posibles movimientos militares en su mayoría solo por una necesidad básica, comer. Comenzaron a realizar variaciones en la compra, la orden e incluso la entrega, pero los números seguían siendo el punto clave, aun cuando en ocasiones repartieron las órdenes en mas de 20 puntos de venta diferentes el resultado era el mismo, una elevada tendencia de compra seguido de algún titular sensacionalista por algún conflicto político o militar clase mundial.
Hoy en día, no sorprende que las métricas de Google registren la cantidad de pizzas que se venden en el mundo siguiendo el mismo orden; tienda, locación, cantidad de pedidos y sector de entrega, todos son datos públicos, e incluso ahora más que nunca, son súper accesibles, para cualquier persona.
El oráculo alimenticio
A través de la historia, la comida ha sido parte de los movimientos militares y las guerras no solo por la mera necesidad de alimentar al combatiente, por lo menos una vez de rato en rato. Recordemos las guerras del Opio, su homónima nacional con los pasteles, la creación de los M&M´s o el infame SPAM, y ahora la pizza como anuncio previo de un movimiento militar.
No solo de pan vive el hombre, también de pizza, y a mayor actividad o intensidad de ésta, mayor la logística para alimentarle. Ésta es la huella de nuestro paso por este mundo.