OAXACA, Oax. (sucedióenoaxaca.com).- La Biblioteca Henestrosa alberga durante el mes julio la exposición “Idolatría abisal” de Sergio Mérida, que muestra influencias de las culturas mexica, griega, egipcia, nórdica, romana y maya.
“Idolatría abisal” permanecerá abierta al público hasta el viernes 28 de julio, cuando culminará con la charla “La mitología como la filosofía estética del arte”, a las 19:00 horas, a cargo del filósofo Sergio Huerta.
A continuación, el texto de sala de Neil Pryatt.
La muestra de Sergio Mérida (Oaxaca de Juárez, Oaxaca, México) se engalana con una serie nueva de loza tradicional que está complementada por dos murales que se habían expuesto previamente.[1]
A primera vista nos hace pensar en una expresión basada en la mitología, aunque no es propia de una sola cultura. Tampoco se refiere a la cultura oaxaqueña, que sabemos que viene de las culturas zapoteca y mixteca, que luego fue transformada por la Conquista y la migración. La exposición tiene influencias de las culturas mexica, griega, egipcia, nórdica, romana y maya.
Aunque se presentan algunas obras directamente influenciadas por estas mitologías y culturas, tal como el dios mesopotámico Oannes, un ser anfibio quien emergía de las profundidades del mar para enseñar al ser humano la sabiduría; y el toro sagrado que tomó la forma de Apis en la mitología egipcia y el Minotauro en la griega, el artista quiere proponer sus propios dioses que también tienen las cualidades humanas positivas y negativas. Implanta la idea que aquellos dieran sentido, orden, magia y una alternativa a nuestra realidad que él califica como “cada día más carente de estos conceptos y, por ende, más cruda y tediosa”. Por ejemplo, su toro sagrado de Mérida se auto sacrifica y de su simiente se crea todo.
Idolatría abisal es de la autoría de un artista que no nos obliga a aceptar su propia interpretación, aunque introduce ciertas claves para guiar la lectura de su visión. Eso resulta inspirador.
Gracias al increíble cuerpo de trabajo del antropólogo Claude Levi Strauss sabemos que la mitología ha sido una herramienta con la cual el ser humano intenta reflejar,[2] revisar y hasta resolver una problemática sea percibida o vivida. El significado de esta práctica reside en la relación entre la cultura inicial o creadora del mito en cuestión y la cultura o problema social actual sobre lo cual se está siendo reflejado. En el caso de Idolatría abisal, Mérida no escoge una cultura sola ni un problema único actual—ofrece una respuesta a la condición humana de ahora mismo que indica que nadie está bien, que no estamos bien.
Su arte nos recuerda que los seres humanos suelen reaccionar a tal condición con crear más dioses a quien orar, a quien pedir ayuda, salvación o alguna medida de esperanza, olvidando o ignorando a propósito el nivel de falsedad con el cual se tendrá que basar tal acción viendo que cada vez menos de nosotros creen en los dioses que hemos tenido a la mano por milenios.
El artista no quiere cambiar el mundo ni perpetuar la buena batalla más reciente del arte contemporáneo que es el Antropoceno contra el Bioceno. No demanda que utilicemos más plantas, ni que compremos menos ropa, ni que las vidas de los miembros de cierto grupo matter igual que las de los miembros de otros grupos. Su uso de técnicas tradicionales y su uso de materiales naturales locales no son referencias sutileza la indigeneidad.
Mérida nos muestra que todavía se puede jugar en el arte, que la seriedad se puede dejar a un lado, pero a la vez, Idolatría abisal nos hace preguntarnos si, esta vez, en lugar de crear más dioses, ¿no será hora de hacer algo nosotros mismos?
[1] Primigena. (2019). [Exposición]. Fundación Cultural Pascual, Ciudad de México. 18 junio 2019-22 enero 2020.
[2] Levi-Strauss, C. (1987). The View From Afar. New York: Penguin Books.