CIUDAD DE MÉXICO (sucedióenoaxaca.com/vía PLANETA).- En 1983, en Glasgow, Escocia, Noah Scott Sherrington, un detective marginado por sus colegas, sigue las pavorosas pistas de un asesino en serie conocido como John Biblia, cuya brutal misoginia parece motivada por asociaciones enfermizas.
Cuando consigue someterlo y descubrir la espantosa extensión de sus crímenes, un infarto fulminante lo sorprende y le da a John Biblia oportunidad de escapar. Aunque Noah sobrevive de milagro, le dicen que sus días están contados y que no puede seguir en la policía; no obstante, esa sentencia de muerte será su acicate y siguiendo los dictados de su corazón dañado sin remedio, además de su olfato entrenado, emprenderá de nuevo la búsqueda hasta Bilbao, en España, donde la naciente democracia enfrenta el desafío de la violencia de ETA, que ha establecido vínculos con los terroristas del IRA irlandés.
En un clima de desenfreno sobre el que se cierne una tempestad como no se ha visto, y con la ayuda de unos improbables aliados, antes del inminente final Noah intentará dar con un astuto feminicida que ha encontrado en una ciudad equivalente a Glasgow el terreno más propicio para continuar con su horripilante saga…
Dolores Redondo vuelve con Esperando al diluvio (Destino) a su región natal, una vez más bajo una lluvia sin tregua, en otra cacería implacable del mal encarnado, una carrera contra el tiempo en la que el protagonista literalmente apuesta sus últimos latidos frente al azar, el desastre y la confluencia de intereses políticos en una época turbulenta. Se trata, también, de un homenaje al espíritu colectivo, a la suma de pequeños esfuerzos y voluntades contra el caos y la indiferencia que hacen posible la impunidad de los actos más atroces.
Con casi 40 años de elaboración, Esperando al diluvio es el ajuste de cuentas de la autora con su propio pasado y con la imaginación poderosa que la ha llevado a convertirse en «la reina del thriller literario», en palabras de Carlos Ruiz Zafón, para proponer una solución a uno de los casos criminales más enigmáticos de finales del siglo XX de la mano de uno de esos detectives que solo Dolores Redondo sabe crear.