Fotografía: FB LILA DOWNS
La palabra historia es muy vieja,
tan vieja que a veces ha llegado a cansar.
Bloch, Introducción a la historia
SANTIAGO MATATLÁN, Oax.- A veces ocurren sucesos que, de golpe, nos revelan el principio de las cosas.
Para esta localidad y los municipios vecinos de los Valles Centrales, el señalamiento que se levanta sobre la carretera federal 190, la leyenda que lleva escrita Santiago Matatlán Capital Mundial del Mezcal, se convirtió de pronto en letras de la verdad.
Para los gobiernos federal y estatal, Oaxaca en julio es fiesta y color, algarabía de temporada vacacional de verano; para el pueblo, marginación y pobreza, migración y miseria.
Las fiestas de la Guelaguetza, organizadas por el gobierno del estado, reproducen la oferta centralista de autopromoción, la derrama económica que produce queda en manos de funcionarios y amigos del gobierno.
Los pueblos de Oaxaca que participan en las fiestas de la Guelaguetza se suman al folclor; aceptan participar porque para los habitantes de una entidad con 3.5 millones de habitantes, dividida en 8 regiones donde se esparcen 570 municipios y más de 10 mil localidades, no hay otra forma de conocer la ciudad.
Un día las cosas cambian, los pueblos se organizan y piden espacios en su municipio para sumarse a la celebración de las fiestas patronales, a partir de sus actividades productivas; este fue el caso de La Gran Fiesta del Mezcal es Ahora en Santiago Matatlán.
En la denominada Feria del Mezcal el gobernador Murat promovió marcas, empresas; se olvidó de los pueblos y de los maestros artesanos mezcaleros; en La Fiesta de Matatlán, luego de dos años de inactividad por las medidas sanitarias para prevenir contagios COVID, el pueblo matateco tomó otra ruta: salió a celebrar a sus maestros.
Con los festejos patronales hubo calenda y quema de toritos y castillo de fuegos artificiales, baile y jaripeo, carrera de caballos; el Dr. Robert Markens, antropólogo e historiador del arte, participó con la conferencia sobre la Lápida de Matatlán, piedra labrada que estudió Alfonso Caso en 1928.
Las fiestas patronales de esta localidad, cosa singular, fueron imitadas por los municipios vecinos: Mitla y Tlacolula; al ver la organización de los matatecos, celebraron también sus propias fiestas mezcaleras.
Lo singular era esto: Matatlán, que produce el 60% del mezcal que comercializa Oaxaca, no contaba con su propia feria del mezcal; y en este año la hicieron, a su modo, con recursos que le aporta su presencia en el ámbito nacional del mezcal, con sus artesanos mezcaleros.
En la fiesta oficial del mezcal acudieron 30 marcas a ofrecer un producto industrial; en Matatlán, participaron 50 maestros mezcaleros. Los visitantes pudieron conversar con viejos y jóvenes artesanos, maestros y maestras del mezcal.
Esta población zapoteca se rige por el sistema de usos y costumbres; en asamblea del pueblo se obtienen por votación directa de mujeres y hombres las autoridades, y designan servicios; por asamblea, también, designaron al Comité Organizador de la Fiesta del Mezcal.
Otro rasgo de esta población, Matatlán es el municipio que se ubica como el primer productor de mezcal en el país, pero la asamblea del pueblo votó, hace tiempo, por la no instalación de bares y cantinas.
El Palmillo, sitio arqueológico de este municipio, contaba con una población entre 4 y 5 mil habitantes, dijo Robert Markens en su conferencia; fue gobernado por una cacica, la señora Qualala Xopa, sostiene Javier Urcid en un ensayo publicado por el IEEPO, en 2008.
Matatlán es productor de mezcal, y de población migrante que marcha a las labores agrícolas en los estados Unidos; en la Fiesta, que se celebró del 22 al 27 de julio, los expositores no encontraron trabajadores porque se habían marchado “al otro lado”, luego de resistir dos años de pandemia.
Ahora Matatlán tiene su Fiesta del Mezcal, la cantante Lila Downs fue declarada oficialmente su Embajadaora, se echó un “palomazo” y fue ovacionada por el pueblo.