DIANA MANZO
JUCHITÁN, Oax. (sucedióenoaxaca.com/vía PÁGINA 3).- “Muérete en tu pasión cualquiera que sea” le dijo un día su madre a Natalia Toledo, y eso hace: “Escribir la palabra de la gente de las nubes, el diidxazá (zapoteco)”, que heredó de sus ancestras.
Eso, hoy lo reconoce el Centro de la Fundación Borchard sobre Artes Literarias al otorgarle el premio “Compañerismo 2021” por su su larga y fructífera trayectoria a la Literatura en lenguas originarias de México.
Hija de Olga de Paz y Francisco Toledo es Natalia Toledo, una poeta de rulos negros y sonrisa fresca que nació en Juchitán, Oaxaca.
Ella sigue escribiendo, diseñando “hasta que la rueda del tiempo la detenga y sin que sus pasiones la dominen”.
“Alegría” es el sentimiento que le da saber que la reconocen por su trayectoria, pero más aún que reconocen el legado de las lenguas originarias, que luchan siempre por ser visibles dentro de muchos escritos y libros.
De voz un poco gruesa pero afectiva, la poeta juchiteca escribió a los 20 años su primer libro que intituló: Paraíso de fisuras. En ese entonces, nadie reconocía a las lenguas originarias, pero ella siguió contando historias a través de la poesía para darle reconocimiento a la lengua de sus ancestras.
Desde su niñez, Natalia tuvo el contacto con la vida comunitaria de su natal Juchitán donde aprendió la lengua de la gente de las nubes: “diidxazá”. Posteriormente acudió a un colegio de la Ciudad de México, pero con su pasión por la escritura nunca dejó de hacerlo.
Aquí puedes leer la nota completa en Página 3, medio aliado:
https://pagina3.mx/2021/09/natalia-toledo-poeta-zapoteca-que-recibe-el-premio-companerismo-2021/