JORGE MAGARIÑO
En estos tiempos de bizarra discusión en torno al edificio de la Casa de la Cultura, que no de la institución, recordar el paso rotundo del hermano Macario Matus por ese lugar durante diez brillantes años es saborear aguas de buena nostalgia.
Hoy que se cumplen doce años de que su corazón (fragorosa máquina para tejer amistades y desvelos) se detuvo, nosotros, los de entonces, evocamos las enriquecedoras tardes cuando en corro escuchábamos su magisterio, cahuama en mano. Ya en algún corredor de la Casa, ya ensillados en La flor de Cheguigo, aquella cantina ubicada a un lado del río.
Alguien cercano a él me contaba con enfado, con tristeza, que nunca se le hizo homenaje alguno ni en su tierra ni fuera de ella, aunque ahora más de una dependencia le dedique fotos ensalzatorias por las redes sociales.
Años después quise construir un pequeño altar a su memoria, hablé con su hija Maurita y pedí que consultara con su hermano y su madre la pertinencia de permitirme elaborar una antología poética. Felizmente lo aprobaron.
La hija me hizo llegar los quince libros para la revisión y selección correspondiente. Gracias, Maurita. Confieso que antes no había leído el conjunto de lo escrito por Macario. Fueron largas, pero jugosas jornadas para ir tomando lo que a mi parecer es lo más representativo de su obra. Por supuesto que lleva el aliento de mi subjetividad, pero siempre con el mejor rigor literario.
Concluida la selección conversé con mi otro hermano de letras y fermentos, Manuel Matus. Le pedí que le comentara al espléndido ensayista, crítico y escritor Jorge Pech acerca de la posibilidad de elaborar el prólogo, lo cual este último aceptó sin chistar. El resultado es brillante, ya lo verán cuando la antología salga a la luz pública (púbica, podría soltar Macario desde algún lugar).
El siguiente paso es decidir acerca de la imagen para la portada, en eso andamos.
Por lo pronto, les adelanto que el libro contendrá tres secciones, y del prólogo les transcribo dos renglones:
“…esta antología hace resurgir su voz airada, su estertor urgido por el deseo y su cantar matizado por el conocimiento de la dualidad del mundo”.
Te abrazamos siempre, Macario.
Santa María Xadani, seis de agosto del 2021.
P.d. La imagen adjunta es de un pequeño mural que realizaron, Oznar Galo, Jomer Homerus y otros jóvenes, coordinados por Soid Pastrana, mismo que se puede observar en El Rincón de Xadani, en la casa de Doña Reyna, pues.