OAXACA, Oax. (sucedióenoaxaca.com/vía COMUNICADO).- X se unió a Telegram”. “Y se unió a Telegram”. “Z se unió a Telegram”. Para quienes ya eran usuarios de dicho servicio de mensajería instantánea, la notificación llegaba una y otra vez. ¿La razón? La mudanza masiva de usuarios a esta aplicación luego del anuncio hecho por WhatsApp, que informó que cambiaría sus políticas de privacidad para compartir más, sí, todavía más información con Facebook.
La reacción de los usuarios tuvo tal impacto que WhatsApp detuvo la actualización y dio pie a una serie de reflexiones sobre la privacidad, la información que se comparte en la vida digital y la importancia de conocer nuestros derechos y responsabilidades en línea, ejes de la mesa de diálogo titulada “Redes sociales: las reglas del juego”, organizada por el Departamento de Electrónica, Sistemas e Informática (DESI) del ITESO.
A la charla fueron convocados los académicos del ITESO Marco Antonio Cervera, experto en derecho de acceso a la información y protección de datos personales; Enriqueta Benítez, experta en ética; Edmundo Ramírez, experto en innovación tecnológica, y Luis Julián Domínguez, experto en seguridad informática.
La actividad fue moderada por Álvaro Parres, director del DESI. Domínguez fue el primero en tomar la palabra y explicó que durante nuestra actividad en línea hacemos pública información de manera explícita y también sin darnos cuenta.
En el primer rubro se cuentan las fotos que se publican y los archivos que se comparten, mientras que en el segundo se encuentra información relacionada con los dispositivos, números telefónicos, ubicaciones y hábitos de navegación en internet, entre otro tipo de datos.
“Debemos saber algo esencial: los datos personales son parte de nuestro patrimonio. Tan es así que tienen un valor comercial”, dijo Cervera y explicó que hay leyes que protegen los datos personales y que todos los documentos de términos y condiciones, sí, esos que todos marcan como leídos, aunque ni siquiera se hayan asomado a verlos, deben respetar esas legislaciones. “Debemos hacernos de la cultura de leer lo que se va a hacer con nuestros datos para saber si aceptamos o no, para saber qué hacer cuando alguien viola esos acuerdos. Porque la violación tiene consecuencias civiles y penales”.
El más entusiasta de la vida en línea fue Ramírez, quien afirmó que la pandemia vino a acelerar la realidad digital en la que vive el mundo. “¿Quién había usado las videollamadas antes de la pandemia? Hemos vivido un cambio radical en la manera de relacionarnos y en la manera de comprar. Quienes se han adaptado a esta situación la han aprovechado muy bien: el comercio electrónico se disparó”, dijo el académico, quien también mencionó cómo ha cambiado la relación con las redes sociales, pues pasaron de ser meros canales de entretenimiento a convertirse en guías y referencias para la toma de decisiones.
“Es importante pensar en lo que hacemos. Reflexionar si lo que es técnicamente posible puede ser éticamente aceptable. El mundo cibernético se escapa de nuestras manos”, explicó Benítez, quien enfatizó la importancia de trabajar en legislaciones preventivas, más que reactivas, porque lo que se ha visto hasta ahora es que los problemas derivados de la vida digital llegan antes que las leyes.
“Las empresas realizan cosas que los gobiernos más autoritarios que hemos conocido ni siquiera se imaginaron”. La académica remató su intervención afirmando que “está en nuestra manos el poder de tomar decisiones más conscientes”.
A la pregunta de si es legal que las empresas compartan información, como puede ser el caso de WhatsApp y Facebook que tienen al mismo dueño, Cervera fue contundente: “si te avisaron, es legal”, dijo el abogado, y reiteró la importancia de leer los términos y condiciones, así como de ser conscientes de cuántas veces damos información sin darnos cuenta: cuando nos piden el número telefónico al hacer un pago con tarjeta, cuando respondemos encuestas de servicio, cuando aplicamos a promociones comerciales. “El problema es que no sabemos decir que no”, remató.
Por su parte, Benítez dijo que muchas veces las personas actúan de manera ingenua y no se detienen a pensar lo implica exponer su vida en las redes sociales, y añadió que el cuidado de los datos y la información “es una responsabilidad bilateral”.
Al final, los participantes de la mesa coincidieron en señalar que es muy difícil sustraerse de la vida digital, por lo que es importante estar informados para saber qué se hace con la información que se comparte y con quién se hace.