OAXACA, Oax. (sucedióenoaxaca.com).- El agua cristalina de la imagen es real y corresponde al río Atoyac. Fue tomada a principios de julio en una zona de retención del tramo de la agencia municipal San Sebastián Xochimilco de Apazco Etla, donde sus autoridades comunales buscan su saneamiento.
El agua limpia atrajo de manera natural al lirio que empezó a florecer embelleciendo el lugar. Sin embargo, tampoco es bueno para el cauce que el lirio se expanda hasta cubrir el espejo de agua, pues impide el paso de la luz del sol y la extición de especies propias del río, aclara el biólogo Víctor Manuel Ortiz Cruz.
¿Pero, esta imagen demuestra que el Atoyac puede salvarse? se le pregunta.
Responde que sí, que el río Atoyac tiene la capacidad de sanearse por sí mismo, solo necesita que las autoridades de cada uno de los municipios por los que atraviesa se hagan responsables del tratamiento de sus aguas residuales, y que la ciudadanía, desde su casa, haga un uso responsable del drenaje.
Maestro en Ciencias en Conservación y Aprovechamiento de los Recursos Naturales por el Instituto Politécnico Nacional de México, y licenciado en Biología con especialidad en biología acuática por el Instituto Tecnológico de Los Mochis, Sinaloa, el biólogo Ortiz Cruz explica que, aunque no lo parezca, en el Atoyac aun fluye vida.
Entrevistado vía Zoom, el experto advierte que muchos municipios consideran que construyendo una planta de tratamiento se resuelve el problema, pero frecuentemente las autoridades carecen de asesoría correcta, o les venden la idea de una planta de tratamiento que no es adecuada para cada caso específico.
“Las descargas de aguas residuales sigue siendo un problema muy serio, pero no corresponde resolverlo únicamente a las autoridades, es un problema compartido, hay que decirlo, porque la sociedad al final de cuentas es la que descarga las aguas residuales, y la autoridad lo único que hace es decir: tengo el problemas de las descargas, las mando a una planta de tratamiento, pero no todos los sistemas de saneamiento de aguas residuales fueron pensados para las particularidades de cada población. Por ejemplo, en Etla, donde fabrican queso, los residuos son diferentes a los del lado de Tlacolula”, expone.
Además, precisa que cada planta de tratamiento debe ser acorde a la cantidad de población de cada localidad, y, por otro lado, a las actividades que realiza. Aunque, reconoce, “hay muy buenos sistemas de saneamiento pero la operación es muy cara”.
Destaca que suponiendo que cada municipio lograra sanear sus descargas de aguas residuales y devolverlas al río dentro de los estándares de calidad establecidos por la Comisión Nacional del Agua, el río Atoyac estaría en condiciones de terminar su proceso de purificación por sí mismo.
Por otra parte, se pregunta, ¿De quién son las descargas que llegan al Atoyac?? De la ciudadanía, luego entonces, también debe comprometerse haciendo un uso responsable del drenaje, que solo debe utilizarse para los desechos del sanitario, cuyo saneamiento es relativamente sencillo, sin embargo, cuando se mezcla otro tipo de desechos es cuando se complica su tratamiento.
Otro serio problema, señala, es la extracción de materiales pétreos, pues al eliminarle al río la cubierta vegetal que naturalmente ahí crecía desaparecen los sistemas de filtración biológica del propio río.