OAXACA, Oax. (sucedióenoaxaca.com).- El poeta César Rito Salinas (Tehuantepec, 1964), cumple 30 años de actividad en la poesía; su trabajo fue editado por vez primera en 1989, por la Casa de la Cultura Oaxaqueña; este viernes 10 de enero regresa al ex convento de los Siete Príncipes, donde la institución y sus amigos organizaron una lectura en conmemoración de aquel premio que dio inicio a su carrera literaria.
___ ¿Se vuelve al lugar del crimen?
___ Se vuelve, con tristeza. Las cosas cambian, obviamente. Transcurridos 30 años Oaxaca ya no cuenta con un Premio Estatal de Poesía, las instituciones abandonaron a los jóvenes poetas: el gobierno ya no apoya las letras, como en aquel otro tiempo; eliminaron publicaciones y colecciones literarias, ahora, quien escribe, corre a su suerte; estamos, como sociedad, convertidos en monumento, vestigio: sitio arqueológico con un pasado grande y un presente de mierda.
___ ¿Cómo inició por las rutas literarias?
___ Inicié como se inicia, por la lectura de la tradición literaria de Oaxaca, por Andrés Henestrosa, “Carta a mi madre”, por la revista “Guchachi’ reza”, de Víctor de la Cruz, por la Colección “Tortuga Transparente”, de Macario Matus; allá, en la Casa de la Cultura de Juchitán, inicié como se inicia: cuando un libro me cambió el pensamiento.
___ ¿Con qué asuntos inició su poesía?
___ Oaxaca, como el país entero, vive de espaldas al mar (esto lo dijo Jaime García Terrés), los poetas zapotecas escribían de su tierra y su tradición, como buen adolescente rebelde pensé en escribirle al puerto de Salina Cruz, puerto astillero donde construyeron barcos que navegarían por vía costera lo que conocemos como el Pacífico mexicano, y en travesía llegaría al puerto de la Santa Cruz, hoy conocido como La Paz; de Salina Cruz partieron las naves con hombres que descubrirían la alta y la Baja California; y en Salina Cruz abrían hasta el amanecer los burdeles.
___ ¿Escribió para el viento?
___ Abrí los ojos en mi entorno, descubrí el mar de la gente pobre, el viento que azota sus escuálidos cuerpos, la miseria que acarrea la industrialización del petróleo.
___ ¿Motivaron la escritura sus padres?
___ Mi padre fue marino militar, José Rito Katt; mi madre, indígena zapoteca, Facunda Salinas Gallegos. ¿No le recuerda esta unión la fundación misma de la lengua mexicana? Claro, esta unión marca el origen, desde ahí vengo, desde el mejor origen: soy huérfano de padre desde la infancia.
___ ¿Habrá una condición especial para hacerse escritor en Oaxaca?
___ Resistir el hambre, la indiferencia, aprender a ser diferente de tu vecino, buscar lo inusitado, aguantar el peso de los sueños, la desesperanza; levantarse y volver a soñar, ser fiel a tus sueños, terco, necio, tener aire en tu cabeza y hacer cosas sin sentido, leer y volver a leer, buscar la vida donde los demás corren, ser un poco torero, un poco gitano y un poco gente de barrio.
___ ¿Qué sabor le deja la fecha de los 30 años de trayectoria?
___ Mire usted, con 30 años a cuestas la gente se jubila, se convierte en un trasto, colchón olvidado a media sala en pleno día; la gente de mi edad busca amparo médico, vacunas contra la influenza; yo salgo en la madrugada a escribir poemas. La poesía te permite la lumbre de la juventud eterna porque vives a tu modo, a tu aire.
Este viernes 10 de enero, en ex convento de los Siete Príncipes (González Ortega 403, Centro), entre muros de cantera, a las 19:00 horas, volverá a sonar la voz del poeta César Rito Salinas en la Casa de la Cultura Oaxaqueña.