Ya no hay experiencia,
sólo hay ilusiones.
Ricardo Piglia, RESPIRACIÓN ARTIFICIAL
Las políticas del gobierno dedicadas al fomento del libro y la lectura están destinadas al fracaso –pusieron a un comediante de la televisión, al portero de la selección nacional de futbol, a las actrices y actores de la televisión, llevan 19 años aplicando recursos federales con resultados nulos, cada vez se lee menos en México-, el nuevo gobierno de la República regala libros a los posibles lectores de la provincia, pero no avanza la campaña de fomento a la lectura.
La siguiente narración forma parte de la reseña del fomento a la lectura en un municipio oaxaqueño, en la escuela primaria Aquiles Serdán.
¿Por qué adultos y niños no leen? ¿Por qué sólo practican la lectura en silencio, en sus dispositivos inteligentes? ¿Por qué los profesores no fomentan la lectura? Alumnos y profesores leen, pero lo que les ofrecen las redes sociales.
Contar con alumnos lectores posibilita el avance en el programa de aprovechamiento que marca el ciclo escolar, pero este hecho sólo forma parte de los anhelos de una sociedad deseosa de aprovechamiento y progreso educativo.
¿Por qué los padres de familia no fomentan la lectura en sus hijos? ¿Por qué la autoridad municipal está más interesada en apoyar esfuerzos que desarrollen la comprensión de las matemáticas que el desarrollo de la lectura? ¿Confunden las matemáticas con el progreso? ¿Confunden el progreso con la pavimentación de calles, construcción de edificios? Por otra parte, ¿las autoridades y padres relacionan la lectura con el ocio, el atraso?
Apuntes sobre una experiencia
En la chala-taller traté de encontrar más que respuestas a estas preguntas una experiencia en torno a las preguntas que nacen con el propósito de fomento a la lectura.
Profesores, padres de familia, alumnos, relacionan lectura con sólo una de las dos formas de su práctica: la lectura en voz alta. Y es ésta forma, leer en voz alta, bloquea la frecuencia con que se realiza la práctica lectora, porque se la relaciona con el espacio de vergüenza y castigo.
La experiencia lectora
Pasar a leer nos pone nerviosos porque nos exhibe a la crítica de los demás, nadie desea ser criticado.
Primera conclusión: la lectura se realiza desde el espacio de la representación.
En la comunidad leer en voz alta es pasar al frente, destacarse; nadie desea sentirse avergonzado.
Hay que ocupar con mayor frecuencia el espacio de la representación, pasar al frente, destacarnos. ¿Cómo hacerlo? Si leer en voz alta significa enfrentar el sentimiento de vergüenza será necesario fomentar la práctica lectora desde los espacios de confianza y cariño. ¿Pero cómo hacerlo, si en el entorno que amamos nadie lee?
La experiencia comunitaria
En la comunidad el lector es un desubicado, enfrenta difícil socialización porque dedica su tiempo a una práctica que los vecinos no realizan; el lector es un extraño en el pueblo, quien lee pierde arraigo.
Al hacer uso del espacio de la representación –al pasar al frente-, pareciera que los mismos profesores con años de experiencia frente a grupo, se apenaban; se mostraron nerviosos, inseguros.
El sentimiento de pena y vergüenza, “nervios”, dificulta la práctica lectora (sobra con ver a los diputados y políticos haciendo uso de la tribuna).
Lectura, el espacio de la representación
El espacio de la representación impone –en la vida cotidiana, en el hogar y el aula, son los adultos quienes detentan el uso de ese espacio, no los niños. Porque esa condición se ha institucionalizado en la familia, la escuela, el gobierno. Quien pasa al frente asume responsabilidad.
Pasar al frente, leer en voz alta, hacer cotidiano el espacio de la representación será difundir la lectura en medio de un ataque de nervios.
El mundo imposible
El fomento de la lectura será trabajar contra el mundo imposible, es ahí, en ese mundo imposible, donde se requiere establecer alianzas con actores que nunca han participado: las madres de familia.
Si el espacio de la representación impone terror en el lector, habrá que experimentar con ese espacio, intervenirlo, hacerlo ecuación geográfica; una propuesta fue que llegaran las madres a leer al aula.
Los profesores, luego de años y años en la práctica docente no habían siquiera contemplado intervenir el espacio de la lectura con nuevos actores, las madres de familia.
Busca preguntas, más que respuestas
En las seis semanas continuas que lleva de iniciado el taller de fomento a la lectura, entre maestros, madres de familia, llegamos a la siguiente conclusión:
Las preguntas generan más preguntas en torno al fomento de la lectura; las preguntas se convierten en el principio de la experiencia –y será la experiencia donde se funde el hábito lector.
Mientras continúen las políticas centralistas de fomento a la lectura –regalar libros en la capital del estado-, no habrá cifras de mejoría en el programa lector.
El taller continuará hasta terminar el presente ciclo escolar.
César Rito Salinas, poeta y narrador originario de Santo Domingo Tehuantepec, Oaxaca (1964).