GUADALUPE MIRAMAR, Santa María Yucuhiti, Tlaxiaco (sucedióenoaxaca.com).- La Casa de Chilolos o Ve’i Ve’i Tuún, es el nuevo espacio creado para la recuperación de las tradicionales danzas de carnaval de Guadalpupe Miramar, una pequeña ranchería de la mixteca oaxaqueña reconocida recientemente por la calidad de sus granos de café, pero donde poco a poco se han ido perdiendo los elementos culturales que le dan identidad.
“A través de la Casa de Chilolos buscamos recuperar los valores de nuestro pueblo como la lengua materna, la vestimenta original, las danzas y la convivencia entre niños, jóvenes y personas mayores, porque ahora incluso hay padres que ponen a sus hijas nombres extranjeros”, comentó el Regidor de Educación de esta agencia municipal, Adolfo Damián Vásquez Castro.
El espacio destinado por la autoridad municipal para la Casa de Chilolos, que funcionará como un pequeño museo, fue abierto a la comunidad como parte del Primer Festival del Carnaval o Nastekuo da tee jin ña’ a vaji yata nute, coordinado por el activista indígena Flavio Reginaldo Vásquez López, originario de Guadalaupe Miramar, con el apoyo de la Comisión Nacional para el Desarrollo de los Pueblos Indígenas (CDI).
Vásquez López informó que dicha actividad se realizó el domingo 21 de octubre en el centro de la población, donde se conjuntaron danza, música y otras expresiones culturales de la región, con la participación de hombres, mujeres, niñas, niños y jóvenes.
“Lo que buscamos es rescatar la danza del carnaval y fortalecer su originalidad e identidad para lo cual contamos con el respaldo y colaboración de instituciones educativas de la comunidad, que por primera vez se involucraron en un evento de esta índole, convencidas de la importancia de arraigar las tradiciones locales para que la cultura prevalezca de generación en generación”, expresó.
El Regidor de Educación explicó que la Danza de Chilolos, que se acostumbra en distintas localidades de la región mixteca oaxaqueña, con algunas variantes, suele representarse al inicio del año, desde enero hasta el martes de carnaval previo al inicio de la Cuaresma.
De acuerdo con la costumbre que data de la época colonial, los danzantes que representan a hombres y mujeres van recorriendo la población casa por casa a lo largo de varios meses por las noches y hasta las 2:00 de la madrugada, sin embargo, con el paso de los años se había estado olvidando la vestimenta tradicional como son los huipiles hechos en telar de cintura, y la camisa y pantalón de manta.
“En los últimos años los danzantes ya estaban utilizando la ropa común con las telas que se usan actualmente; con la oportunidad que tuvimos con la CDI se confeccionó la ropa para representar a 15 hombres y 15 mujeres, y se adquirieron 20 máscaras”, detalló el Regidor Vásquez Castro.