MABETH AQUINO/ Fotografía: FILO
SANTA LUCÍA, Oax. (sucedióenoaxaca.com).- Hiperindividualismo, falta de ideales, pérdida de confianza en la política y el cambio de ciudadano a consumidor, fueron los temas que abordó el filósofo francés Gilles Lipovetsky en “Ciudadanía política: pluralismo en la era de la Hipermodernidad”, conferencia inaugural de la edición 38 de la Feria Internacional del Libro de Oaxaca (FILO), este sábado en su nueva sede, el Centro Cultural y de Convenciones.
Uno de los intelectuales más reconocidos de los últimos siglos a nivel mundial, destacó que el hiperindividualismo restructura la vida política actual, el cual tiene su base en la Primera Revolución Moderna gestada entre 1960 y 1970 cuando nace el individualismo.
“Cada ser humano se reconoce libre con respecto a los demás, no es una moda, el código genético de la cultura moderna es este individualismo”, apuntó el sociólogo galardonado con la distinción del Caballero de la Legión de Honor, la más importante en su país.
Ante un público compuesto por personas de diversas edades, donde los celulares no dejaron de grabar y fotografiar su exposición, Lipovetsky apuntó que a partir de los años 50 se dio el narcicismo, alimento del hiperindividualismo que guarda relación con el cuerpo.
“La relación que guarda el cuerpo con respecto a las redes sociales, la personificación de la persona, nos queremos valorar como individuo, ahora las estructuras antiguas desaparecen, ahora se acepta el matrimonio homoparental, el divorcio, tener hijos fuera del matrimonio”, dijo Gilles en la primera actividad de la FILO 2018.
En siglos pasado el hombre decidía por el deber, ahora lo hace porque tiene derecho a hacerlo, ya que antes se reconocía la libertad individual, pero valía más elegir por el sentir social, por eso se seguía a un cierto partido político y una cierta ideología, ahora ya no existen grandes utopías colectivas ni se busca un cambio global, los cambios son pensados hacia un entorno cercano.
Ya ninguna ideología política nos da la esperanza de un porvenir que sea mejor del actual, que nos haga soñar
dijo el autor de La era del vacío.
Y es que ahora existe un menú para que cada individuo elija a su gusto, para que cada quien consuma, pues el crédito monetario está siempre disponible para satisfacer necesidades creadas por el capitalismo, por el consumismo.
“Ahora existe una gran conversión religiosa. Antes se elegía una religión. Ahora cada persona crea su propia religión, dicen en el budismo encuentro algo bastante padre, un poco de catolicismo, creo en el paraíso, pero no en el infierno. Existe un consumismo en todos sus sentidos”, dijo.
En siglos pasados las personas vivían en el sacrificio de producir para su descendencia, trabajar por una gran causa política, ahora se busca vivir bien ahora, disfrutar el momento y consumir para sí mismo, para el bien individual, aseveró él pensador.
Este hiperindividualismo provoca que el individuo pase de elegir por deber a elegir por derecho, por lo tanto en las elecciones políticas cada vez participan menos ciudadanos, únicamente lo hacen cuando tienen un interés, con decisiones de último momento y por impulso.
Así se percibe un voto ya no por adhesión sino por rechazo, es decir, se expresa una desconfianza hacía la política y los políticos por tres motivos: la pérdida de fe en ideologías pasadas, que el mercado es más importante que el Estado y por la corrupción, fenómeno claramente visible en países de Latinoamérica.
Lipovestky puntualizó que el hiperindividualismo no debe ser satanizado, “que el individualismo no es la tumba de la oralidad”, ya que existen personas que en su pensamiento individual está comprometidas con causas colectivas, con acciones de cambio orientadas hacia lo colectivo.
Dijo que una amenaza real es el ultraliberalismo, pues genera inseguridad entre las personas y diferencias sociales, haciendo que el dinero se convierta en algo demasiado importante y no poseerlo provoque inseguridad en las personas.