JOSUÉ SALVADOR VÁSQUEZ ARELLANES
Título original: A Star Is Born / Año: 2018 / Duración: 135 minutos / País: Estados Unidos / Dirección: Bradley Cooper
⋆ ⋆ ⋆ ⋆ No se la pierda
Independientemente de ser ya el tercer remake de su historia original, Nace una Estrella (A Star Is Born) se engancha dentro de una nueva tendencia cinematográfica de historias protagonizadas por anti-héroes: aquel personaje con algún talento y sex-appeal, pero proclive a una tendencia autodestructiva, incapaz de protegerse a sí mismo, pero en el fondo capaz de realizar actos nobles.
Sin embargo ningún anti-héroe es nadie sin la oportunidad de mostrar esa bondad oculta, por lo general motivada por el amor o estima hacia alguna fémina relevante en su vida, que lo hacen en mayor o menor medida buscar cierta redención: Deadpool tiene a Vanessa Geraldine, Venom a Anne Weying, Bojack Horseman a Diane Nguyen; y en Nace una Estrella Jackson (Bradley Cooper) tendrá a Ally (Lady Gaga).
El talento de Jackson es innegable, es un músico que desde en su primer escena en medio de un concierto cantando Black Eyes, muestra destreza, inmersión, entrega; pero su mirada busca algo que aún no encuentra, un hueco que trata de llenar con alcohol, pastillas y droga. Y aunque siempre desaliñado, es arquetípicamente atractivo, todo un cowboy de la música, capaz de aprender una canción con sólo oírla y hacerle arreglos sobre la marcha, pero con el peor inconveniente que puede tener un músico: estar perdiendo la audición.
Una casualidad hará que Jackson conozca a Ally en medio de Drag Queens. Ally es toda inocencia, casi ingenuidad, timidez, y aún con un típico trabajo de mesera, busca mostrar y trabajar su talento en espectáculos locales que le dan cierta libertad artística. Jackson no sólo verá eso, sino lo más importante en un músico: tener algo que decir. A partir de ahí, comenzará a nacer esta estrella.
Tras la evidente química entre ambos al cantar juntos Shallow, Jackson comenzará a compartir intereses, música, vida y escenario con Ally, quien trabajará en su música ya de forma seria. Jackson dará uno de sus mejores conciertos gracias al buen ánimo que le imprime Ally, pero mientras Ally comienza su camino hacia el ascenso, Jackson comienza su debacle en una espiral que le harán tocar fondo.
Al igual que Bojack Horseman, Jackson tiene todo para ser feliz, pero su incapacidad o negación para hacerse responsable de su libertad convirtiéndose en un libertino, hacen que culpe a su padre alcohólico de todas sus inseguridades, esperando que la amabilidad de Ally lo salven; algo que los envuelve en mito de Sísifo entre el que quiere ser salvado y la que lo quiere salvar.
Jackson buscará la redención y con ello ya no arrastrar a Ally en su espiral decadente, pero lejos de redimirse, estamos frente a un adulto inmaduro incapaz de hacerse responsable, que culpa a todos y que necesita el pretexto del amor para mantenerse a flote, a sabiendas que el amor lo perdona todo. Ally por su parte es la mujer abnegada que acepta a su hombre con virtudes y defectos, pero que en cierto límite de los excesos de él, se vuelve alcahueta, sumisa, sacrificada.
¿Por qué no vemos a mujeres reclamando que la película tiene cierto sesgo misógino? Quizá porque en el fondo es lo que esperemos y amamos de los famosos, que se enreden en una relación tóxica, que luzcan su lado más decadente, donde el encanto y talento permiten hacer de la mujer una víctima más de la violencia emocional y psicológica, bajo la lógica absurda y frívola de que ese quizá, es el precio del estrellato, ¿no?
El ensamble visual y sonoro de la película demuestra un buen tacto del debutante director Bradley Cooper. Así mismo Lady Gaga expone una capacidad interpretativa admirable, pero también hay que reconocer que es gracias a su fuerte campaña publicitaria lo que hacen que Nace una Estrella aparezca hasta en la sopa. Veremos qué tan lejos puede llegar toda su estela.
*Cinefágo: El que tiene el hábito de comer y devorar cine.