COLONIA SAN ISIDRO, Pueblo Nuevo, Oax. (sucedióenoaxaca.com).- Nada parece distinto en el jardín de niños “Francisco Márquez”, una escuela de la periferia de la ciudad con tan solo cinco aulas, cinco profesoras y una matrícula de poco más de cien alumnas y alumnos.
Lo extraordinario no se nota a simple vista, pero es un sello único en el estado: Cuentan con programa padagógico que pondera la salud, la ecología y la identidad, planeado y organizado conjuntamente por alumnado, padres y madres de familia, personal docente y la directora.
Para ello, primero preguntan a niños y niñas que les gustaría aprender, luego les piden que brinden una conferencia infantil de los temas elegidos ante sus padres, para que estos expresen sus opiniones. La labor de las educadoras consiste en sistematizar esta especie de “consulta”, y el resultado se traduce en diversos proyectos encaminados a fortalecer principalmente la identidad, la salud y la ecología.
El anterior ciclo escolar, los proyectos realizados fueron: “Mi responsabilidad en el planeta Tierra”, “El extraño mundo animal”, “La vida de las plantas” y “El sabor de mi tierra”.
Entre las actividades desarrolladas estuvieron la organización de una visita “turística” a la reserva animal “Calli Tochili ” (Casa del conejo), representada por padres de familia disfrazados de especies en riesgo. El objetivo era que conocieran las ventajas de una reserva natural respecto a un zoológico, donde los animales están encerrados.
También aprendieron a reciclar el agua con la que se lavaban las manos, juntándola para regar sus plantas; además de conocer la forma de hacer acopio de agua de lluvias para no carecer del vital líquido.
El día del niño, en vez de comer pizzas, hamburguesas y tomar refrescos embotellados, organizaron un bufett de alimentos locales tradicionales como tejate, nicuatole, tamales, quesillo, totopos, chepiches y otras delicias oaxaqueñas.
Silvia Hernández Fernández, directora de la institución, explica que después de haber sido un territorio en disputa entre profesores de la sección 22 y la 59, el Jardín de Niños “Francisco Márquez” ha logrado a lo largo de cinco años, un trabajo pedagógico y educativo horizontal que involucra desde su planeación y organización a niños y adultos por igual.
Llama la atención la preparación académica de la profesora Silvia compuesta por tres licenciaturas, dos maestrías y un doctorado en educación básica, además de un diplomado en Dirección Científica.
La directora señala que las preguntas que se hacen cada inicio de ciclo escolar son: ¿Qué alumnos queremos ver en la institución?, ¿Qué necesita la comunidad?, ¿Qué tipo de país queremos tener?, ¿Cómo nos vemos nosotras y nuestros alumnos dentro de 20 años?
Luego de estos cuestionamientos surgen proyectos que no sólo impactan en la educación de los menores sino también en la vida de sus padres y de su misma comunidad.
“La currícula es una construcción política-social, por eso nos enfocamos a planificar actividades que incidan en el entorno familiar y comunitario de las y los alumnos. Para ello estimulamos el desarrollo de su lenguaje oral, de su expresión corporal, y brindamos talleres de cocina, dibujo, pintura, modelado, juegos y movimiento”, explica.
La mayoría de las niñas y niños que asisten a este jardín son hijos de mototaxistas y empleados, y una reducida proporción, de comerciantes y profesionistas.