VILLA DE ZAACHILA, Oax. (sucedióenoaxaca.com).- Este Jueves Santo también es “Jueves de Plaza” en Zaachila, donde puede vivirse la fe y devoción de estos días y al mismo tiempo respirar el aire ancestral de esta comunidad zapoteca que brinda en su mercado una amplia muestra de su producción, su cultura y gastronomía locales.
La “Guesa”, como le dicen de manera oral para nombrar a un guisado zapoteca, es de las poquísimas comidas ancestrales que se pueden saborear todavía por la zona de comida de productos frescos, tradicionales, naturales y sanos. Pues hoy también ha encontrado la inclusión de buena comida y natural.
Zaachila es un lugar que alberga el espíritu de los antepasados, la multiculturalidad por excelencia, un lugar donde se conserva la hermosa y necesaria tradición de producir a pequeña escala, con el corazón y refugio de pertenecer a un oficio, es como jueves tras jueves se desborda la compra y venta, además que este 29 de marzo “cae” la celebración para el turismo religioso o el turismo total, de Jueves Santo, donde tradicionalmente se visitan 7 centros espirituales.
Zaachila ofrece diferentes construcciones de iglesias católicas, o zonas arqueológicas más antiguas a la llegada de europeos a estas tierras.
La plaza de “Los Jueves” sorprende a los visitantes por sus aromas: a barbacoa de chivo y borrego, a empanadas de amarillo, de mole verde con espinazo, deflor de calabaza, memelitas y demás platillos típicos.
Así como variedades de hongos, plantas, semillas, hierbas poco comunes y aves de corral. Un ejemplo viviente del trueque como manera de satisfacción de necesidades básicas.
La gastronomía se amplía a la hora de elegir, donde se puede saborear el verde de espinazo, el amarillo, mole negro y coloradito, caldo de pollo, carne frita en salsa verde o roja, milanesas con ensaladas, guías con tasajo, barbacoa de res, calabacitas con queso, chiles rellenos, albóndigas, estofado de pollo, bisteces a la mexicana, etc.
Después hay que dejar espacio para los dulces típicos oaxaqueños como los nengüanitos, las roscas, los turrones, los casquitos, los mamones, empanadas de lechecilla, el marquesote, los polvorones, etc.
Luego vienen las deliciosas nieves, hechas de forma artesanal como las tradicionales de sabor a leche quemada con tuna; la de nuez, limón, vainilla, melón, mango, de queso oaxaqueño, zarzamora, y nuevos sabores como de chicle, la de pétalos de rosa, de piña colada, melón con leche y mango con chile. En otros puestos se encuentra las nieves exóticas; fresa, guayaba, almendra, nuez, piña y licor de café.
También hay puestos donde se venden productos propios de Oaxaca como el Nicuatole, el agua de chilacayota, el mezcal, además del tradicional Tejate, mejor conocido como la “Bebida de los Dioses” y originaria de San Andrés Huayapam pero que en Zaachila lo preparan de una manera especial dándole un sabor único.
Abundan también los puestos de ropa, de artesanías y productos elaborados de cuero y piel, así como artesanías de barro, madera, carrizo, metal y hojalata, se venden petates y cazuelas, huaraches y sarapes.
Cada jueves, de cada semana, usted estimado lector, tiene la oportunidad de agendar una cita con este mercado de olores, colores y sabores. ¡Bienvenido a Zaachila!