Fotografía: DIEGO DÍAZ
SAN RAYMUNDO JALPAN, Oax. (sucedióenoaxaca.com/vía COMUNICADO).- Al retomar la entrega de la Medalla “Álvaro Carrillo”, la LXIII Legislatura del Estado condecoró la trayectoria de tres grandes músicos oaxaqueños: José Ventura Gil, autor y arreglista de los Sones y Jarabes de Betaza, quien fue galardonado con la presea de oro de 14 kilates; así como a Cirenio Sánchez y a Xavier Santos.
En la Sala Audiovisual de la Cámara de Diputados, el legislador presidente de la Junta de Coordinación Política (JUCOPO), Irineo Molina Espinoza, afirmó que además de la creación de leyes y gestiones diversas, entre las responsabilidades sociales del Congreso se encuentra impulsar la cultura de Oaxaca, como en este caso reconocer en vida la obra musical de los maestros premiados.
Por su parte, el diputado presidente de la Comisión Permanente de Cultura del Poder Legislativo, Fernando Lorenzo Estrada, aseguró que este importante reconocimiento es sólo una parte para galardonar el trabajo con el que estos cantautores han abonado a la cultura de Oaxaca y el mundo.
El bolero “Sabor a mí” escrito por Álvaro Carrillo en 1959, fue interpretado por la Orquesta de Cámara de la Ciudad de Tlaxiaco integrada por 43 niños y jóvenes mixtecos, musicalizando así la entrega de la tercera edición de esta medalla.
El maestro Cirenio Sánchez es originario de Santos Reyes Nopala, inició su trayectoria como instructor de música en el municipio de Juquila, ha formado más de 15 bandas en la región chatina, fue reconocido con un estímulo económico de 20 mil pesos.
Mientras que Xavier Santos Cortés, originario de Río Grande, Oaxaca, compositor de éxitos como Palabras tristes, Rosas Blancas y A cambio de qué, entre más de 250 canciones populares, fue acreedor a un premio de 10 mil pesos. Por cuestiones el cantautor no estuvo presente para recibir su reconocimiento, en su nombre lo hizo el señor Félix Vásquez.
José Ventura Gil, condecorado con la Medalla “Álvaro Carrillo”, nació en 1936, oriundo del municipio de San Melchor Betaza, región de la Sierra Norte, a la edad de 21 años, en 1957, se da a la tarea de recopilar, reescribir y crear los seis sones y jarabes de su tierra.
En entrevista, Ventura Gil relató que primeramente recopiló cuatro sones y jarabes- que eran los que ya existían- pero para el bailable Betaza hacían falta dos piezas más, por ello, compone las partituras que completaron esta danza que desde los años sesenta se presenta en la fiesta de los Lunes del Cerro o Guelaguetza.
En la ceremonia de premiación estuvieron presentes los legisladores integrantes de la Comisión de Cultura de la LXIII Legislatura, Felicitas Hernández Montaño; Donovan Rito García; Paola Gutiérrez Galindo y Eufrosina Cruz Mendoza, además el oficial mayor del Poder Legislativo, Igmar Francisco Medina Matus y la secretaria de las Culturas y Artes del Gobierno de Oaxaca, Ana Isabel Vásquez Colmenares, y los diputados Alejandro Aparicio Santiago; Neli Espinosa y María de las Nieves García Fernández.
Presentes los músicos inmortales de Oaxaca
Con las manos cerradas y el paso cansado, don José Ventura Gil no ocultaba la sonrisa dibujada en su rostro, indicio de que se encontraba muy contento al acudir por la medalla “Álvaro Carrillo” que el Congreso local le entregó por su trascendente actividad musical.
José tomó su presea, creada con el precioso e invaluable metal de oro de 14 kilates y un diámetro de cinco centímetros que le cupo perfectamente en la mano derecha, este hombre de 81 años la miró por algunos instantes, levantó las cejas y volvió a sonreír, pero esta vez su rostro no parecía el de un octogenario, sino el de un pequeño que recibe un juguete nuevo.
Guardó despacio su medalla en la cajita, volteó entonces hacia donde su compañera, Elena Reyes, quien ha sido su esposa durante la mitad de su existencia, por cuarenta años, la emoción los hizo uno.
Por momentos la sonrisa se desdibujó, la razón: el recuerdo, sus amigos, colegas y competencia musical, el maestro de ceremonias mencionó a manera de remembranza a creadores de la música oaxaqueña como: “Tata Nacho” don Ignacio Félix Esperón, a Macedonio Alcalá, se oyó también el nombre Jesús “Chu” Rasgado y al que recién se ha marchado de esta vida, don Pepe Silva.
Sin embargo, los nutridos aplausos otorgados a los maestros presentes e inmortales de Oaxaca, le devolvieron el ánimo a José Gil Ventura que feliz y satisfecho abandonó las instalaciones de la Cámara de Diputados de Oaxaca.