OAXACA, Oax. (sucedióenoaxaca.com/vía COMUNICADO).- Cuando Donají o “Alma grande” nació, un sacerdote descifró en el cielo la fatalidad: que sería sacrificada por el gran amor que le tenía a pueblo.
Nadie sabe con exactitud si es mito o leyenda, lo cierto es que es una gran historia que año con año asombra a las miles de personas que acuden a presenciar este gran espectáculo organizado por el municipio de Oaxaca de Juárez.
En el auditorio Guelaguetza, el domingo se presentó “Donají, la leyenda” con la participación de un total de los 84 jóvenes y señoritas del Ballet Folclórico de Oaxaca, quienes con gran algarabía recrearon el nacimiento de la hija del señor de Zaachila, el rey Cocijoeza.
Entre el público asistente se encontraba el presidente municipal de la ciudad de Oaxaca, Javier Villacaña Jiménez, la Diosa Centéotl 2016, Leticia María Reyes Salinas, y la presidenta del DIF Municipal, Verónica Quevedo Arango.
El desarrollo de la historia avanzó sin contratiempos, llegó el momento en que la lucha por el territorio entre zapotecas y mixtecas desata una batalla campal. El resultado es un guerrero herido, se trata del príncipe mixteco Nucano.
La compasión y nobleza que caracterizaba a la bella princesa Donají, se manifiesta cuando ordena llevarlo a sus aposentos para curarlo y protegerlo. Este acto desencadena un gran amor entre ellos, motivo suficiente para realizar los tratados de paz entre los pueblo mixteca y zapoteca.
Al pasar el tiempo, la buena relación se tensa y Donají es apresada y llevada por los mixtecas a Monte Albán como ofrenda de paz para que el rey zapoteco cumpliera con los tratados de paz, de lo contrario, sería sacrificada.
Días y noches transcurrieron en armonía entre los pueblos, pero una noche, cuando los guerreros mixtecos dormían, “Alma grande” intenta escapar, envía un mensaje a través de a una doncella para tomar Monte Albán, de inmediato y por sorpresa los guerreros zapotecas llegan y atacan a los mixtecas.
Todo parece indicar que Donají escaparía sin ningún problema, sin embargo, es descubierta por los guardianes mixtecas que llenos enojo se la llevan ante los débiles intentos de los suyos por impedirlo.
Donají es llevada a las márgenes del río Atoyac donde cortan de un solo tajo su cabeza. Su destino descifrado por un sacerdote al momento de nacer se habría cumplido, con su vida salvó a su pueblo.
El tiempo transcurrió, se dice que un pastor al cuidar su ganado en las orillas del río Atoyac, observó un hermoso lirio y conforme pasaban los días, crecía y mantenía su brillo. Quince días después ocurrió lo mismo, como si un misterioso poder lo conservara. Nadie sabe si es mito o leyenda, se dice que la planta enraizó en la cabeza de Danají.
Datos históricos afirman que sus restos están depositados en el antiguo convento de Cuilapam de Guerrero, junto a los de su amado. Al final mixtecas y zapotecas fueron pueblos hermanos.
Desde 1928, la cabeza decapitada de Donají y el lirio, son el emblema y escudo oficial del Honorable Ayuntamiento de la Ciudad de Oaxaca de Juárez.