OAXACA, Oax. (sucedióenoaxaca.com).- Que una persona se pueda hacer entender en su propia lengua, y que entienda lo que dicen otros, “es tan básico como respirar”, entonces, es un derecho mínimo básico y una obligación del Estado, garantizar que quien está en la cárcel sepa de qué se le acusa, sepa defenderse y entienda cuál es la sentencia, expresa contundente Artemia Fabre Zarandona, antropóloga social defensora de presos indígenas.
Doctora en Ciencias Antropológicas por la Universidad Autónoma Metropolitana, con especialidad en Antropología Jurídica y Antropología de la Religión, Artemia Fabre participó en esta ciudad en la reciente reunión de trabajo sobre Interpretación y Traducción de Lenguas Nacionales en el Sistema de Justicia coordinado por el Centro Profesional Indígena de Asesoría, Defensa y Traducción A.C. (Cepiadet) con apoyo del Instituto Nacional de Lenguas Indígenas (INALI).
El encuentro realizado en el Centro Cultural y Académico San Pablo reunió a traductores e intérpretes del nahua, maya, zapoteco, yaqui, mixteco y mixe, entre otras lenguas nacionales, quienes revisaron los avances y retos que enfrenta esta actividad necesaria en la vida diaria pero que cobra otra dimensión cuando se trata de presos indígenas cuya falta de un traductor puede significar un indebido proceso, una larga o injusta condena, y en ocasiones, hay casos documentados, la muerte.
Con la presidenta de la asociación civil Diálogo y Movimiento , dedicada a la defensoría de presos indígenas en Campeche, es esta entrevista a propósito de la conmemoración del Día Internacional de la Lengua Materna, el próximo 21 de febrero.
-¿Doctora, no es una utopía que todos los presos indígenas cuenten con un intérprete?
–Si la humanidad no tuviera utopía no estaríamos usted y yo hablando en este momento. De eso vivimos, de la esperanza. Creo que estamos ante retos enormes en el país no solo para la población indígena sino estamos viendo contextos bastante deshumanizadores donde el sentido de lo humano está en juego.
Es una obligación del Estado, y un derecho humano básico el que te puedas hacer entender en tu propia lengua, y entender lo que dicen otros, es tan básico como respirar. Entonces, no es una locura, es un derecho mínimo básico para que alguien que está en la cárcel sepa de qué se le acusa sepa defenderse y entienda cuál es la sentencia.
-¿Por qué se asocia a los pueblos indígenas con el rezago?
– En un país como México donde no hay una política pública intercultural de inclusión se habla de rezago, pero no es por rezago de ellos, se trata de un rezago histórico del lugar que han tenido los pueblos indígenas por la falta de atención, pero su existencia es por sí misma una esperanza.
Yo veo que aunque hay una pérdida de las lenguas, por otro lado vemos a jóvenes indígenas que se autonombran así y que están reaprendiendo sus lenguas y afortunadamente no todos los mexicanos estamos en esa perspectiva de verlos como rezagados, sino que estamos en un proceso de reivindicación de lo indígena.
-¿Es una tendencia en Latinoamérica esta reivindicación?
-Es una tendencia latinoamericana, y si nos vamos a algunos pueblos africanos, o en Rusia, donde hay situaciones graves, también hay una reivindicación de lo étnico y de la salvaguarda de los territorios.
No es solo en América Latina donde los pueblos indígenas están levantando su voz, sino en varias partes del mundo.
Los pueblos indígenas han tenido retos importantes todo el tiempo, pero ahora, por la magnitud de los efectos adversos que atentan contra su integridad humana, con todas las propuestas de megaproyectos, la falta de regulación en la contaminación de aguas, etcétera, resurge la esperanza y esa vitalidad de las culturas indígenas que es enorme.
A mí me gusta mucho, por ejemplo, lo que sostiene Oren Lyon, jefe de la reserva Onondaga en los Estados Unidos, que los pueblos indígenas planean la vida pensando en siete generaciones futuras.
¿Por qué es importante la tierra? Porque no es para mí sino para las generaciones futuras. Creo que a pesar del gran desastre que estamos viviendo hay mayor fortaleza porque la visión indígena de esta perceptiva es la que está llamando al pueblo mexicano y de Latinoamérica, y si soy muy utópica, así lo prefiero…
-¿Podemos afirmar que ya hay un piso para avanzar en la dotación de traductores a presos o procesados indígenas?
-Sí lo hay, pero no se va a poder ejercer aunque esté en la ley si nadie lo demanda, si nadie lo exige. Porque los servidores públicos tienen bastante ignorancia sobre los temas indígenas y la sociedad en general desconoce los derechos de los pueblos indígenas, y los propios indígenas no conocen sus derechos.
Es importante, hay un piso legal, hay que mantenerlo, pero también tenemos que pasarle la información a los pueblos indígenas de que tienen derecho a que se les hable en su lengua, como lo hace Cepiadet.
-¿Como defensora de presos indígenas, que evaluación hace de su trabajo?
-Desde nuestra organización de excarcelación de presos indígenas en Campeche, estamos mostrando a los servidores públicos la necesidad de intérpretes; vamos a seguir trabajando colectivamente tratando de unir esfuerzos y no tratar de inventar el hilo negro cuando en otro lugar ya lo están haciendo, como en el Distrito Federal.
Vamos a seguir trabajando en solidaridad para que se cumplan los derechos individuales y colectivos en nuestro país.