No se debe dejar de ver el caso de Humberto Moreira en su contexto internacional: fue atrapado en España con acusaciones sobre transferencias bancarias, justo cuando el Estado español hace malabares para excluir a la infanta Cristina –hija y hermana de reyes– de un caso de corrupción de su marido y cuando el tesorero del Partido Popular en el poder es juzgado por manejar dinero ilícito.
Y hay más datos: la revista El País Semanal que circuló antier trajo como noticia principal un reportaje sobre “la huella de la corrupción en España” y datos como el que señaló que el 95% de los españoles está convencido que el sistema político favorece la impunidad.
Y si no deja de ser vergonzoso para el PRI que un exgobernador y exdirigente nacional del partido sea exhibido con transferencias oscuras de dinero en tiempos del lavado de divisas como delito transnacional, tampoco debe de extrañar que España tiene un pasivo en el tema de la corrupción. El reportaje de El País Semanal ofrece unos datos espeluznantes:
–El 77% de los españoles cree que la corrupción es parte de la cultura nacional.
–España ocupa el lugar 30 de 175 países corruptos, según Transparencia Internacional.
–El 84% de los españoles cree que los políticos son muy corruptos.
–El 95% de los españoles considera que hay corrupción en las instituciones.
–Los jueces tardan una media de 10 años en juzgar macroprocesos de corrupción.
–De 2000 a 2012, 132 políticos españoles fueron juzgados por corrupción pero indultados por el sistema político.
–El 8% aceptó haber sido testigo de algún caso de corrupción.
–El 67% considera que las conexiones políticas son indispensables para tener éxito y el 84% cree que sólo vía sobornos se obtienen beneficios públicos.
Las razones del exgobernador coahuilense Humberto Moreira para escoger a España como un refugio político después de su caída como presidente nacional del PRI en 2012 no se saben todavía. En todo caso, hubo exceso de confianza. Las autoridades mexicanas lo exoneraron de acusaciones de corrupción en los casos de documentos falsos en la obtención de créditos oficiales cuando fue gobernador de Coahuila.
Pero España lo tiene bien agarrado con la transferencia mensual de cientos de miles de euros. Y si el tema de la transferencia pudiera saltarse, el problema de Moreira se localiza en la justificación de esos fondos con sus salarios de maestro y de gobernador.
Los políticos mexicanos no han entendido la lógica de la movilización social. Y el PRI tampoco parece comprender que el problema de Moreira no es el de un mexicano con necesidad de asistencia jurídica en el extranjero, sino que se trata de un político acusado de corrupción en otro país con pruebas suficientes para encarcelarlo.
Humberto Moreira no es cualquier político: dirigió el PRI en el proceso de nominación de Peña Nieto como candidato presidencial en el 2011, dejó a su hermano en un acto monárquico como su sucesor en la gubernatura, no explicó los 30 mil millones de pesos de endeudamiento con documentos falsos y tampoco se preocupó por aclarar las acusaciones de corrupción.
España abrió la caja de Pandora de la corrupción de políticos priístas en una fase de elección de doce gobernadores. El caso Moreira es uno de los varios que se cocinan en el extranjero.
Sólo para sus ojos:
El fin de semana se supo, por un texto en Milenio, que la promotora literaria Carmen Balcells representaba la producción de libros del expresidente Salinas de Gortari. Y que amenaza con otro mamotreto de economía y política.
- Al defender su entrevista con el capo El Chapo Guzmán, el actor Sean Penn se defiende a sí mismo. Tiene miedo de que algunos seguidores de El Chapo crean que fue muy descuidado en su entrevista y que en los hechos puso al narco para que lo agarraran. Por eso quiere desviar la atención de su delito al tema del debate de la guerra contra las drogas, Por lo pronto, la policía de los EE.UU. ya le puso el dedo al actor.
- Preocupación en los gobernadores que perdieron su sucesión y que los candidatos a sucederlos los pusieron en Los Pinos.
@carlosramirezh